Facitis plantar

Fascitis Plantar


    La fascia o aponeurosis plantar es una capa de tejido fibroso que cubre el suelo de la bóveda del pie, desde el talón (calcaneo) hasta la parte anterior de la planta, bajo las cabezas de los metatarsianos. Esta estructura fibrótica puede irritarse e inflamarse por causas variadas entre las que podemos citar, como más frecuentes, la obesidad o un aumento reciente de peso, el sobreuso en ciertas actividades deportivas como atletismo y fútbol, la utilización de un calzado inadecuado, un excesivo arco plantar....


   Por tanto podemos denominar Fascitis Plantar a la irritación, inflamación o degeneración (habitualmente cuando pasa cierto tiempo siempre desaparecen los fenómenos inflamatorios y se instaura un proceso degenerativo) de la Fascia Plantar.


    El comienzo del dolor puede ser insidioso, lento y puede afectar a cualquiera de las áreas que ocupa la fascia siendo más habitual el dolor bajo el calcáneo o bajo la cabeza de los metetarsianos a la palpación, pero si ponemos en tensión la fascia el dolor aparece en todo el recorrido de esta.


    La prevención de la fascitis plantar es relativamente sencilla: el calentamiento y el estiramiento previo al ejercicio físico es fundamental para evitarla. Antes de cada entrenamiento es recomendable una carrera suave de 5 o 10 minutos. Después es necesario realizar, además de los estiramientos generales, unos específicos de la planta del pie para disminuir la probabilidad de lesiones en la fascia del pie y las estructuras  músculo tendinosas y si notamos cualquier molestia, la aplicación de hielo en la planta del pie es muy útil para reducir el dolor y la inflamación. Es muy importante, como para casi todos los deportes, la elección de una zapatilla adecuada a nuestro pie, al tipo de pisada que tengamos y al terreno por el que vamos a practicar deporte para evitar una sobrecarga excesiva de la fascia.

Una vez instaurada la lesión el tratamiento que podemos seguir es el siguiente:

- En fase aguda del dolor, se utilizará hielo tres veces o mas al día, y se aplicarán masajes de la planta del pie durante dos minutos, 3 o 4 veces al día. Con esto se evita la inflamación. La utilización repetida de hielo o crioterapia es el tratamiento más eficaz en esta fase inicial hasta que podamos ser tratados por un profesional, ya que el frío limita el dolor, la hinchazón, el hematoma y la inflamación. Acudiremos al fisioterapeuta para descargar bien toda la fascia plantar y que nos realice estiramientos analíticos de la zona para relajarla y estirarla de nuevo.

- Los ultrasonidos continuos (5-10 W/cm) durante unos 7 minutos al día, se utilizarán en la fase postaguda de la lesión, a las 48 horas. Los efectos de los ultrasonidos (reducción del dolor, aumento del riego sanguíneo, aumento del metabolismo y reducción del espasmo muscular) ayudan en el tratamiento de la lesión, en algunas ocasiones, aunque sin el tratamiento previo manual serán un poco menos efectivos.

- El taping (vendaje con tiras de esparadrapo adhesivo) puede ayudar a calmar el dolor, colocando las tiras de tal forma que acortaremos la fascia plantar y favorecerá su recuperación al disminuir considerablemente su tensión.
   Si después del tratamiento el dolor persiste podemos acudir a un podólogo que será el profesional que analice nuestra pisada y nos puede recomendar alguna plantilla de descarga para liberar tensión sobre la fascia plantar y sólo en última instancia, tras unos tres meses de tratamiento sin resultados, podremos plantearnos la intervención quirúrgica como última opción.

   Hay un ejercicio que podemos realizar en casa, que ayuda mucho a la relajación de la fascia, que consiste en rodar una pelota baja la planta del pie ejerciendo presión y favoreciendo de esta manera un aumento de la vascularización local, así como una relajación fascial.

   Como conclusión, diremos que es una lesión muy habitual con la cual tendremos que tener mucha paciencia y la prevención y la realización de estiramientos diarios, serán los que nos lleven al éxito en el tratamiento.
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